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16/1/12

MICRORRELATOS, semana 7

Ganadores y finalistas: NOVIEMBRE, 2011

Ganador del mes: Ricardo Hierro

Ganador del 17/11, semana 7
Autor: Ricardo Hierro
Las manos

—Muerto pero mío.
Eso fue lo que chilló Marcela Quijano cuando irrumpió en la alcoba y descerrajó tres tiros sobre el rostro asombrado de Eliseo Pellicer, su marido. De los rincones de aquel dormitorio fueron saliendo entonces, como fantasmas, todas las amantes con las que Eliseo había gozado. Abandonaron la habitación susurrando una letanía de a mí no me mates, déjame marchar. La procesión de mujeres en camisón huía a pasitos cortos, tratando de no interrumpir el duelo de Marcela que, volcada sobre la cama, sostenía entre sus manos las manos desmayadas de su esposo. Manos grandes, nudosas y quietas. Por fin quietas.
Finalistas del 17/11, semana 7
Autor: Enrique Mochón Romera
Sombra aquí, sombra allá

"Muerto pero mío, descansa bajo mi amparo". Martín dice cosas así mientras maquilla a los muertos, cuando no les pellizca la mejilla o los besa en la frente. Dice que eso les hace bien. Procura siempre peinarlos sin tirones y cuando acaba los perfuma como si fueran de fiesta. Luego, camino de casa, continúa pensando en ellos. A veces cuando llega le toca maquillar a su mujer. Es algo que le exaspera. Y no es porque esté cansado, ni porque sepa con certeza que hace tiempo que no es suya. Lo que ocurre es que no hay manera de que se esté quieta.
Autor: Nacho Rubio Arese
Matriarcado con almuerzo

Muerto pero mío. Todas lo deseaban con locura, sí, pero él no se dejaba seducir por cuerpazos voluptuosos. Allá donde fuese lo seguían mil pretendientes, lanzándole insinuaciones lascivas. Yo en cambio me mostraba distante y misteriosa, nunca intenté provocarlo y aguardaba mi oportunidad en la sombra. Quizás por eso se me acercó el día en que ya no pudo más, confiando en que sería diferente a con el resto. Me mostré muy complaciente, dejándolo disfrutar de mí, hasta que sentí un poderoso espasmo recorrerlo y su simiente que me inundaba. Entonces empecé a devorarlo por la cabeza, como haría cualquier mantis bien educada.
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Coincido neste caso co criterio dos que elixirono relato gañador. Simplemente dicir que ogallá non existisen esas situacións...


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